viernes, 15 de marzo de 2013

Francisco


No han transcurrido todavía 24 horas desde que el estupor, el asombro, y una variada gama de emociones y razones se dispararon entre los argentinos.

La multinacional más antigua conocida, ha tomado una decisión que evidencia su inteligencia y su nada desdeñable perversidad.

Es muy dura la afirmación del párrafo precedente, y por ello, debo aclarar que respeto a los compañeros y compatriotas que en distintos grados pertenecen al catolicismo, pero no puedo evitar hacer un análisis crítico descarnado de las implicancias políticas, en el más estricto sentido, que esta sorprendente designación contiene.

Y esto afecta a América Latina toda y en particular a nuestra Patria.

Este acto tan simple y tan importante, contiene un mensaje directo hacia la región del planeta mayoritaria en población católica.

Es el lugar del mundo en el que surgieron los sacerdotes para el tercer mundo, los curas obreros, los curas villeros como el Padre Mugica, y hasta Camilo Torres, el cura guerrillero, o Ernesto Cardenal el cura poeta revolucionario sandinista de Nicaragua.

Estas son las tierras en que nacieron “la opción por los pobres” de Puebla y Medellín y la “teología de la liberación”.

El ahora Francisco fue superior de los jesuitas en tiempos del Proceso Militar que asesinó a las dos monjas francesas, a monseñor Angelleri, a los padres palotinos, y cientos y miles de catequistas católicos de las villas, que creyeron en el Jesús de los pobres y en la comunión entre “Cristianismo y Revolución”.

Y al igual que la mayoría de la jerarquía de la Iglesia Católica argentina, como mínimo, miró para otro lado, y en algún caso quizás pudo haber sido cómplice necesario de estos crímenes de lesa humanidad.

Su elevación al ministerio petrino, según la jerga vaticana, absuelve y aprueba la actuación genérica, pro-dictaduras y a favor de las oligarquías tradicionales, de las jerarquías eclesiásticas latinoamericanas.

Y envía un mensaje directo a los actuales gobiernos populares nacionalistas y progresistas de América Latina. 

Es hasta acá.

Basta.

Paren.
 
Volvamos al orden tradicional.

La Iglesia continuará haciendo discursos sobre los pobres y propaganda con Cáritas y ONGs. afines, según los principios racistas y despreciativos de la beneficencia y el asistencialismo.

PERO MINGA DE JUSTICIA SOCIAL.

En la Argentina, un estremecimiento impúdico recorre los pasillos de la corpo y la opo.

Ahora tenemos al PAPA de nuestro lado.

Su influencia en los sectores populares es importante.

Vamos, juntémonos todos. Que ahora sí vamos a poder sacarnos de encima a los K. 

Iremos todos detrás de aquél a quien Francisco bendiga.

En la Capital una rata se atusa los bigotes que se afeitó, y en La Plata, un manco que sabe hacer la plancha, recuerda complacido que en su última campaña política aparecía rezando y diciendo “YO CREO”.

No parece descabellado esperar que toneladas de agua bendita caigan sobre La Plata.

Por José Sánchez

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